La langosta es una de las delicias más finas de la gastronomía marinera, y su sabor es inigualable. Sin embargo, muchos se sienten intimidados a la hora de cocinarla en casa, especialmente si se compra ya cocida. No obstante, cocinar una langosta cocida es mucho más fácil de lo que parece, y en este artículo te enseñaremos cómo aprovecharla al máximo.
Antes de cocinar la langosta, debemos asegurarnos de haber escogido una de buena calidad. La langosta debe estar viva al momento de ser cocida, y si vamos a comprar una ya cocida, es importante que sepamos cuánto tiempo ha pasado desde que fue cocida. Si ha pasado más de un día, es mejor que escojamos otra.
Una vez que tenemos nuestra langosta, es hora de prepararla para su cocinado. Lo primero que debemos hacer es retirar cualquier parte que no sea comestible, como las branquias y el saco de la cabeza. También podemos retirar las patas y la cola para hacer más cómodo el cocinado.
Una vez que hemos preparado nuestra langosta, es momento de calentarla. Es importante tener en cuenta que la langosta ya está cocida, así que no es necesario cocinarla de nuevo. Lo que queremos es calentarla de manera uniforme para que quede en su punto ideal.
Una vez que nuestra langosta está caliente, es hora de servirla. Lo ideal es ponerla en una fuente grande y decorarla con unas rodajas de limón y un poco de perejil fresco. También podemos añadir una salsa de mantequilla y ajo, o una mayonesa con limón y eneldo.
La langosta es un manjar de la gastronomía marinera, pero no es necesario ser un experto para cocinarla en casa. Siguiendo estos pasos, podrás disfrutar de una de las delicias más finas del océano en la comodidad de tu casa. ¡Buen provecho!