El pulpo es un animal marino que, además de ser delicioso, es un ingrediente muy versátil en la cocina. Se puede cocinar de muchas formas diferentes, cada una con un resultado distinto. En este artículo, te explicamos cuáles son las diferentes formas de cocinar el pulpo y cuál es la mejor para cada ocasión. ¡Sigue leyendo!
El pulpo cocido es la preparación más clásica y sencilla. Se cuece en agua con sal durante unos 30-45 minutos, dependiendo del tamaño del pulpo. Es importante tener en cuenta que si se cuece demasiado, se hace más duro. Por lo tanto, es recomendable probarlo con un tenedor para saber si está listo. Si el tenedor entra y sale con facilidad, el pulpo está cocido.
El pulpo a la gallega es otra forma clásica de cocinar el pulpo en España. Se cuece, se corta en rodajas y se sirve con sal gorda, pimentón y aceite de oliva. Es un plato muy sencillo pero con mucho sabor.
Cocinar el pulpo a la brasa es algo más complicado que las preparaciones anteriores, pero es una forma muy sabrosa de hacerlo. Se coloca el pulpo en una parrilla a fuego fuerte durante unos minutos hasta que está dorado y crujiente.
Cocinar el pulpo al horno es otra forma deliciosa de hacerlo. Se coloca en una bandeja de horno con patatas y verduras y se hornea durante unos 30-40 minutos. El resultado es muy sabroso y se consigue un pulpo más tierno que al cocerlo.
El pulpo encebollado es una preparación típica de la cocina asturiana. Se cuece el pulpo y se añade una ensalada de cebolla y tomate aliñada con vinagre.
El pulpo a la marinera se cocina con tomate frito, cebolla, pimiento y ajo. Es una preparación muy sabrosa y especial para compartir en familia.
Como puedes ver, hay muchas formas diferentes de cocinar el pulpo y cada una se adapta a una ocasión diferente. Usualmente es importante saber la presentación del plato y la función que cumple para poder degustarlo de la mejor manera. Anímate a probarlas todas y descubre cuál es tu preferida.